EL
CEREBRO ADICTO
Elaborado a partir del texto de Verónica Guerrero
Mothelet
INTRODUCCIÓN
Casi todos conocemos
algún caso de adicción: amigos, familiares o compañeros adictos al alcohol, al
tabaco, a medicamentos legales, pero sus signos conductuales son similares,
porque todas esas adicciones provocan los mismos cambios químicos cerebrales.
Por lo que se ha modificado la manera de considerar, prevenir y tratar las
adicciones.
Ahora a las adicciones se les define o se
reconocen como una enfermedad crónica y recurrente del cerebro que se
caracterizan por la búsqueda compulsiva de sustancias nocivas a pesar de que se
conozcan las consecuencias al usarlas. De la misma manera que otras
enfermedades crónicas como la diabetes, las adicciones se pueden tratar, y
aunque no se alcance una solución definitiva, el tratamiento incrementa la
calidad y duración de la vida. Sin embargo en el orden de importancia, sabemos
que la prevención debe estar por encima de la curación y rehabilitación.
Sobre todo en los jóvenes, la adicción es
una enfermedad primaria del cerebro, con componentes bio-psico-sociales que
influyen sobre su desarrollo. El descontrol persiste a lo largo del tiempo y el
deterioro de la funcionalidad vital se hace progresivo. Con el tiempo el adicto
realiza intentos de control del consumo que acaban con recaídas de vuelta al
consumo. La familia del adicto se afecta de esta condición desarrollando
conducta patológica de control llamada
codependencia.
La
familia es el núcleo social donde se forman nuestros ciudadanos. Es el grupo
humano donde se transmiten los valores espirituales por medio del ejemplo. Por
tanto, es sumamante importante que asumamos nuestra responsabilidad como padres
o madres, líderes de familia y equipemos a nuestros hijos con herramientas que
les permitan una vida libre de drogas.
La investigación muestra que el inicio del
uso de drogas a menudo ocurre durante la adolescencia o juventud, período de
transición caracterizado por el estrés, la ansiedad y la búsqueda de nuevas
sensaciones, así como de diferenciación de los adultos. Puede comenzar como una
forma de manejar emociones negativas y de respuesta al sentimiento de vivir en
un mundo caótico y hostil. Se ha señalado reiteradamente que la presión del
grupo de pares, la curiosidad y la pobre integración familiar, son factores que
contribuyen al uso de drogas. Asimismo, son mencionados otros factores, como la
pobreza, la falta de alternativas y una percepción desesperanzada del futuro[SDV1] .
CAMBIO DE PERSPECTIVA
En la década de los
30’s se consideraba que las adicciones eran un problema moral y no de salud, y
en lugar de diseñar y promover acciones preventivas y terapéuticas, se optaba
por el castigo y se etiquetaba negativamente a los adictos. Pero esa visión
cambió y la Dra. María Elena Medina Mora Icaza, directora del Instituto
Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, narra lo que propició este
cambio de visión. A través de varios estudios cerebrales encontró la causa
física de la dependencia de sustancias como la cocaína y los opioides. Y dice
que “eso los llevó a entender por qué los
pacientes, aunque quisieran, no podían dejar las sustancias por voluntad
propia, sino que realmente necesitaban ser tratados. Y así llegó a la conclusión
de considerar a las adicciones como una enfermedad del cerebro porque las
drogas modifican la química, la estructura y el funcionamiento de ese órgano.
EFECTOS PRINCIPALES DE ALGUNAS SUSTANCIAS
Si bien es cierto que
las personas comienzan a consumir drogas para sentirse bien, para sentirse
mejor, para desempeñarse mejor, por la curiosidad y porque otros lo hacen, esta decisión es
voluntaria al principio y los efectos principales de sustancias como la
nicotina, el alcohol, la mariguana, los inhalables y la cocaína son los
siguientes:
Nicotina: Al
fumar se eleva el riesgo de cáncer, enfisema, trastornos bronquiales y
problemas cardiovasculares.
Alcohol: Su
consumo puede dañar el cerebro y la mayoría de los órganos, especialmente el
hígado (cirrosis hepática), y tiene repercusiones directas especialmente en las
funciones ejecutivas, la memoria y el aprendizaje y la coordinación de
movimientos entorpeciéndolos.
Mariguana: Puede
dañar la memoria y el aprendizaje de corto plazo, la capacidad de concentración
y la coordinación similar a los efectos del alcohol. El corazón trabaja más
rápido y puede perjudicar los pulmones, así como el riesgo de desarrollar
psicosis en personas débiles y vulnerables.
Inhalables: Son
extremadamente tóxicos y pueden afectar el corazón, los riñones, los pulmones y
el cerebro.
Cocaína: Estimulante
que por la relativa brevedad de sus efectos se suele consumir varias veces en
una sola sesión. Puede provocar graves consecuencias médicas relacionadas con
el corazón y los sistemas respiratorio, nervioso y digestivo.
(Fuente: National Drug Abuse)
SIGNOS DE DEPENDENCIA A LAS DROGAS
Algunos signos que
sugieren adicción son:
·
Consumir la droga de manera regular,
·
Imposibilidad de dejarla,
·
Gastar en droga más de lo que se tiene,
·
Extralimitarse para obtener droga
(incluso robar), y
·
Sentir que se necesita la droga para
funcionar cotidianamente.
Cuando se abusa de las drogas
principalmente se afecta el ritmo cardíaco, la respiración y el descanso
(insomnio), afecta el procesamiento de la información sensorial que nos permite
pensar, planear, resolver problemas y tomar decisiones. Por otro lado, afecta
también el sistema límbico que permite tomar las acciones necesarias para la
supervivencia y la reproducción, al alimentarse y tener sexo.
La
mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor
llamado dopamina, que juega un papel fundamental en las sensaciones de placer.
Cuando falta la droga el cerebro ya no cuenta con dopamina suficiente y la
persona deja de disfrutar las cosas naturalmente placenteras y el individuo
tiene que consumir más droga para evitar la apatía y la depresión. De modo que
los requerimientos de droga cada vez son mayores para que el individuo
experimente el mismo efecto, es decir que se desarrolla tolerancia a la droga,
y se provoca como consecuencia el síndrome de abstinencia, que se manifiesta
con ansiedad, náuseas, insomnio, episodios de sudoración, temblores y psicosis
que lo pueden llevar hasta la muerte.
El
consumo crónico de drogas deteriora el autocontrol y la capacidad de tomar
decisiones adecuadas. Según el Dr. Baler estas adaptaciones del cerebro a las
sustancias llevan al ansia incontrolable de utilizarlas aunque el individuo
sepa que tiene consecuencias catastróficas, incluso presentarse la adicción
tras mucho tiempo de abstinencia debido a que el abuso de las drogas altera la
concentración óptima de un neurotransmisor llamado glutamato que interviene en
la función cognitiva que guarda el deseo de consumir aunque haya pasado mucho
tiempo.
INTERVENCIÓN DE LOS GENES Y EL ENTORNO
El que se manifieste el
comportamiento adictivo puede ser influenciado tanto por la carga genética como
por el entorno del individuo. Es decir por factores biológicos, el entorno
familiar y el entorno de amigos y compañeros que aumentan el riesgo de
adicción. Las primeras interacciones de los niños dentro de la familia son
cruciales a la hora de determinar su desarrollo saludable y mitigar el riesgo
de abuso de drogas. De modo que, si un individuo tuviera genes que propician el
comportamiento adictivo, si en su entorno no se usan drogas o si en su
comunidad de amistades no se consume, será muy poco probable que el individuo
desarrolle adicción simplemente porque hay una interacción positiva y fuerte
entre la parte biológica y la parte ambiental. Así que debemos estar muy
atentos desde la niñez o en la adolescencia porque la adicción es una
enfermedad básicamente del desarrollo.
PRINCIPALES FACTORES DE PROTECCIÓN
Uno de los sentimientos
más trascendentales en la vida de un ser humano, es el que proviene de asumir
la responsabilidad de brindar lo mejor de nosotros para el mantenimiento de un
ambiente familiar sano, que es clave para lograr que nuestros hijos tengan la
posibilidad de una vida libre de drogas. De modo que es necesario reforzar algunas habilidades
concretas para que nuestros hijos resistan la presión negativa de cualquier
índole .Esas habilidades consisten en:
·
Autocontrol
·
Relaciones positivas
·
Supervisión y apoyo paterno
·
Información
·
Políticas contra el uso de drogas, y
·
Cohesión comunitaria
De tal manera que con esas habilidades
tenderemos a fortalecer la capacidad de tomar decisiones personales, aprender a
enfrentar los problemas, promover la auto aceptación y autoestima, fomentar la
expresión de sentimientos y ayudar a que florezca la capacidad de amar.
Todas esas habilidades son transmitidas por el
ejemplo más que por otros medios, de manera que debemos revisar en nosotros
mismos estas capacidades y fortalecer las que hagan falta, para luego poder
llevárselas a nuestros hijos.
PORQUÉ LA DEPENDENCIA FÍSICA
Según la Dra. Medina
Mora hay sustancias que por sí mismas son muy adictivas; por ejemplo la
heroína, al usarse por primera vez provoca una modificación inmediata en la
estructura del cerebro.
Otras sustancias adictivas como el
alcohol, el tabaco y la benzodiacepina (medicamento psicotrópico) que actúa
sobre el sistema nervioso central, producen dependencia muy rápido en las
personas propensas.
Entre los humanos hay tres veces más adictos a
la nicotina que a la cocaína y eso tiene que ver con que la nicotina es más
fácil de adquirir y su consumo está autorizado por la ley dentro del comercio
lícito y aceptado por la sociedad.
Lo
mismo sucede con el alcohol, otra droga de fácil acceso, también autorizado por
la ley dentro del comercio lícito y ampliamente aceptado por la sociedad y
entre el 10 y el 15% de las personas que beben desarrollan la dependencia,
ocasionando un problema de salud pública serio. Y actualmente lo mismo puede
suceder con la mariguana que está en vías de autorizarse por la ley e incluirla
al comercio lícito, primero con fines terapéuticos y posteriormente con fines
lúdicos.
De
modo que todo ese asunto de la mariguana con fines terapéuticos realmente
confunde a los jóvenes, pero es bien sabido que no es una droga inocua por lo
que se deben manejar correctamente por un especialista médico competente, para
que cumpla su función medicinal, para que no sea peligrosa y prohibirse con
fines de entretenimiento (lúdico[SDV2] ).
OTRAS ADICCIONES SIN SUSTANCIA
Destacan la compulsión
de comer y el consecuente desarrollo de la obesidad, la adicción al sexo y la
adicción a los juegos de azar (ludopatía), según investigadores del Scripps
Research Institute de California en estudios con animales.
Sugieren que los mismos mecanismos
cerebrales que participan en la adicción a las drogas aparecen en las demás
compulsiones descritas, pudiendo tener relación con los desequilibrios de
dopamina o de otros neurotransmisores.
Y de
esa manera, aunque en principio estas conductas no sean adictivas, pueden
llevar a la adicción.
PROBLEMAS MENTALES Y VULNERABILIDAD
El Dr. Rubén Baler,
dice que “Sabemos que existe un gran porcentaje de comorbilidad (es decir, de
la presencia de dos trastornos simultáneos: la adicción y una enfermedad
mental”), como por ejemplo la bipolaridad o esquizofrenia. Y dice que
aproximadamente el 60% de las personas con abuso de sustancias tienen también
una enfermedad psiquiátrica.
La
Dra. Medina Mora ilustra el caso de un niño con problemas de ansiedad y pone
como ejemplo las fobias (miedos) que surgen más o menos a los siete de edad y
menciona que si un niño llega a la edad adulta sin encontrarse con drogas o con
el alcohol, probablemente ya para entonces podrá manejar ese problema
positivamente.
Sin
embargo, el riesgo de adicción en adolescentes como ya vimos es muy alto si
prueba el alcohol y descubre que éste reduce la ansiedad y confundirá el efecto
con la solución de sus problemas.
El
uso de drogas como la mariguana en edades tempranas aumenta el riesgo de
depresión. Algo similar sucede con la esquizofrenia, cuyo riesgo aumente entre
una a siete veces en quienes empezaron a fumar mariguana antes de los 25 de
edad.
CONCLUSIONES
Todas las adicciones
pueden tener graves consecuencias para la salud y las relaciones humanas y, por
tanto, para el bienestar personal, familiar y social.
Siendo adicto también se corre el riesgo de
sufrir o infligir a otras personas algún daño intencional, o de incurrir en
actos de violencia a delitos por influencia de las drogas o de la abstinencia.
Por
estas razones se deben buscar enfoques de tratamiento que permitan a las
personas con adicción abandonar la sustancia y que al mismo tiempo el tratamiento modifique el aspecto bioquímico
conductual, las causas que provocan y agravan su adicción. De tal forma que,
algunos pueden recibir tratamiento con fármacos; otros requerirán terapias de
eficacia probada en las personas adictas y que también suelen combinarse con
fármacos sin dejar de tomar en cuenta todas las disfunciones al mismo tiempo.
El tratamiento debe definirse según la
persona, el tipo de sustancia, el ambiente en que vive y sus recursos internos
y externos. En definitiva se requiere una terapia multidisciplinaria y
multifuncional que procure entrenar nuevamente el cerebro que aprendió algo
totalmente anormal, pues la adicción, en última instancia, es una enfermedad de
aprendizaje.
Al
igual que otras enfermedades sistémicas crónicas puede haber recaídas y eso
indica que sólo tiene que repetirse el tratamiento, por lo tanto un tratamiento
exitoso no debe medirse sólo por la abstinencia, sino por la disminución de las
recaídas, así como de su gravedad y duración, y enfatiza que; “Esto realmente
mejora la condición de salud y los períodos de abstinencia incrementan la
esperanza de vida”.
Sin
embargo: el mejor enfoque siempre será
la prevención. El Dr. Rubén Baler propone la prevención universal: “Evitar
todo lo que sabemos que es perjudicial y tratar de promover y enaltecer lo que
sabemos que es positivo”.
La
Dra. Medina Mora concluye que proteger a los adolescentes de las drogas es
fundamental, pues toda la evidencia de salud pública nos habla de un riesgo
mayor en la adolescencia.
La
mayor parte de los estudiantes no prueba las drogas y aquellos que lo hacen son
en su mayoría experimentadores; así por ejemplo, en 1997 poco menos de 7 de
cada 10 de los menores que habían usado sustancias como mariguana, cocaína,
alucinógenos, inhalables, anfetaminas, opiáceos y otros estimulantes, sólo
experimentaron con sus efectos entre una y cuatro veces, por factores asociados
con la moda o con la presión de sus pares.
Al
igual que en la población general, en las encuestas nacionales de adicciones SSA, 1998, los resultados
indican que el alcohol y el tabaco son las principales sustancias adictivas
consumidas
Al
documentar tanto la investigación que ha realizado la doctora Nora Volkow como
la que ha financiado el Instituto Nacional de Psiquiatría se encontraron todos
los elementos que definen la adicción como una enfermedad tratable y ahora las
políticas públicas deben reunir esta evidencia científica, compartirla con la
población y convertirla en una convicción social.
Con
base en la información generada desde hace varios años y a partir del trabajo
realizado por diversos sectores públicos y privados, se han desarrollado una
serie de acciones y respuestas con las que México atiende el problema. El
Programa de Prevención y Control de Adicciones, como marco normativo para la
acción, plasma la visión sobre el problema del Sector Salud.
El
documento aborda las principales actividades que se realizan en materia de
reducción de la demanda de drogas ilegales y plantea, con base en las
tendencias emergentes del problema y en las necesidades derivadas, las líneas
de trabajo que se deben reforzar y las nuevas acciones que se deben emprender.
BIBLIOGRAFÍA
Texto sobre El cerebro
adicto de Verónica Guerrero Mothelet, UnADM
Aspirante:
Sergio Edmundo Del Valle Robles.
