jueves, 21 de abril de 2016

El cerebro adicto 3

EL CEREBRO ADICTO
Elaborado a partir del texto de Verónica Guerrero Mothelet

INTRODUCCIÓN
Casi todos conocemos algún caso de adicción: amigos, familiares o compañeros adictos al alcohol, al tabaco, a medicamentos legales, pero sus signos conductuales son similares, porque todas esas adicciones provocan los mismos cambios químicos cerebrales. Por lo que se ha modificado la manera de considerar, prevenir y tratar las adicciones.
     Ahora a las adicciones se les define o se reconocen como una enfermedad crónica y recurrente del cerebro que se caracterizan por la búsqueda compulsiva de sustancias nocivas a pesar de que se conozcan las consecuencias al usarlas. De la misma manera que otras enfermedades crónicas como la diabetes, las adicciones se pueden tratar, y aunque no se alcance una solución definitiva, el tratamiento incrementa la calidad y duración de la vida. Sin embargo en el orden de importancia, sabemos que la prevención debe estar por encima de la curación y rehabilitación.
     Sobre todo en los jóvenes, la adicción es una enfermedad primaria del cerebro, con componentes bio-psico-sociales que influyen sobre su desarrollo. El descontrol persiste a lo largo del tiempo y el deterioro de la funcionalidad vital se hace progresivo. Con el tiempo el adicto realiza intentos de control del consumo que acaban con recaídas de vuelta al consumo. La familia del adicto se afecta de esta condición desarrollando conducta patológica  de control llamada codependencia.
     La familia es el núcleo social donde se forman nuestros ciudadanos. Es el grupo humano donde se transmiten los valores espirituales por medio del ejemplo. Por tanto, es sumamante importante que asumamos nuestra responsabilidad como padres o madres, líderes de familia y equipemos a nuestros hijos con herramientas que les permitan una vida libre de drogas.
     La investigación muestra que el inicio del uso de drogas a menudo ocurre durante la adolescencia o juventud, período de transición caracterizado por el estrés, la ansiedad y la búsqueda de nuevas sensaciones, así como de diferenciación de los adultos. Puede comenzar como una forma de manejar emociones negativas y de respuesta al sentimiento de vivir en un mundo caótico y hostil. Se ha señalado reiteradamente que la presión del grupo de pares, la curiosidad y la pobre integración familiar, son factores que contribuyen al uso de drogas. Asimismo, son mencionados otros factores, como la pobreza, la falta de alternativas y una percepción desesperanzada del futuro[SDV1] .

         
CAMBIO DE PERSPECTIVA
En la década de los 30’s se consideraba que las adicciones eran un problema moral y no de salud, y en lugar de diseñar y promover acciones preventivas y terapéuticas, se optaba por el castigo y se etiquetaba negativamente a los adictos. Pero esa visión cambió y la Dra. María Elena Medina Mora Icaza, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, narra lo que propició este cambio de visión. A través de varios estudios cerebrales encontró la causa física de la dependencia de sustancias como la cocaína y los opioides. Y dice que “eso los llevó a entender por qué los pacientes, aunque quisieran, no podían dejar las sustancias por voluntad propia, sino que realmente necesitaban ser tratados. Y así llegó a la conclusión de considerar a las adicciones como una enfermedad del cerebro porque las drogas modifican la química, la estructura y el funcionamiento de ese órgano.

EFECTOS PRINCIPALES DE ALGUNAS SUSTANCIAS
Si bien es cierto que las personas comienzan a consumir drogas para sentirse bien, para sentirse mejor, para desempeñarse mejor, por la curiosidad  y porque otros lo hacen, esta decisión es voluntaria al principio y los efectos principales de sustancias como la nicotina, el alcohol, la mariguana, los inhalables y la cocaína son los siguientes:
     Nicotina: Al fumar se eleva el riesgo de cáncer, enfisema, trastornos bronquiales y problemas cardiovasculares.
     Alcohol: Su consumo puede dañar el cerebro y la mayoría de los órganos, especialmente el hígado (cirrosis hepática), y tiene repercusiones directas especialmente en las funciones ejecutivas, la memoria y el aprendizaje y la coordinación de movimientos entorpeciéndolos.
     Mariguana: Puede dañar la memoria y el aprendizaje de corto plazo, la capacidad de concentración y la coordinación similar a los efectos del alcohol. El corazón trabaja más rápido y puede perjudicar los pulmones, así como el riesgo de desarrollar psicosis en personas débiles y vulnerables.
     Inhalables: Son extremadamente tóxicos y pueden afectar el corazón, los riñones, los pulmones y el cerebro.
     Cocaína: Estimulante que por la relativa brevedad de sus efectos se suele consumir varias veces en una sola sesión. Puede provocar graves consecuencias médicas relacionadas con el corazón y los sistemas respiratorio, nervioso y digestivo.
(Fuente: National Drug Abuse)







SIGNOS DE DEPENDENCIA A LAS DROGAS
Algunos signos que sugieren adicción son:
·         Consumir la droga de manera regular,
·         Imposibilidad de dejarla,
·         Gastar en droga más de lo que se tiene,
·         Extralimitarse para obtener droga (incluso robar), y
·         Sentir que se necesita la droga para funcionar cotidianamente.
     Cuando se abusa de las drogas principalmente se afecta el ritmo cardíaco, la respiración y el descanso (insomnio), afecta el procesamiento de la información sensorial que nos permite pensar, planear, resolver problemas y tomar decisiones. Por otro lado, afecta también el sistema límbico que permite tomar las acciones necesarias para la supervivencia y la reproducción, al alimentarse y tener sexo.
     La mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor llamado dopamina, que juega un papel fundamental en las sensaciones de placer. Cuando falta la droga el cerebro ya no cuenta con dopamina suficiente y la persona deja de disfrutar las cosas naturalmente placenteras y el individuo tiene que consumir más droga para evitar la apatía y la depresión. De modo que los requerimientos de droga cada vez son mayores para que el individuo experimente el mismo efecto, es decir que se desarrolla tolerancia a la droga, y se provoca como consecuencia el síndrome de abstinencia, que se manifiesta con ansiedad, náuseas, insomnio, episodios de sudoración, temblores y psicosis que lo pueden llevar hasta la muerte.
     El consumo crónico de drogas deteriora el autocontrol y la capacidad de tomar decisiones adecuadas. Según el Dr. Baler estas adaptaciones del cerebro a las sustancias llevan al ansia incontrolable de utilizarlas aunque el individuo sepa que tiene consecuencias catastróficas, incluso presentarse la adicción tras mucho tiempo de abstinencia debido a que el abuso de las drogas altera la concentración óptima de un neurotransmisor llamado glutamato que interviene en la función cognitiva que guarda el deseo de consumir aunque haya pasado mucho tiempo.

INTERVENCIÓN DE LOS GENES Y EL ENTORNO
El que se manifieste el comportamiento adictivo puede ser influenciado tanto por la carga genética como por el entorno del individuo. Es decir por factores biológicos, el entorno familiar y el entorno de amigos y compañeros que aumentan el riesgo de adicción. Las primeras interacciones de los niños dentro de la familia son cruciales a la hora de determinar su desarrollo saludable y mitigar el riesgo de abuso de drogas. De modo que, si un individuo tuviera genes que propician el comportamiento adictivo, si en su entorno no se usan drogas o si en su comunidad de amistades no se consume, será muy poco probable que el individuo desarrolle adicción simplemente porque hay una interacción positiva y fuerte entre la parte biológica y la parte ambiental. Así que debemos estar muy atentos desde la niñez o en la adolescencia porque la adicción es una enfermedad básicamente del desarrollo.

PRINCIPALES FACTORES DE PROTECCIÓN
Uno de los sentimientos más trascendentales en la vida de un ser humano, es el que proviene de asumir la responsabilidad de brindar lo mejor de nosotros para el mantenimiento de un ambiente familiar sano, que es clave para lograr que nuestros hijos tengan la posibilidad de una vida libre de drogas. De modo que  es necesario reforzar algunas habilidades concretas para que nuestros hijos resistan la presión negativa de cualquier índole .Esas habilidades consisten en:
·         Autocontrol
·         Relaciones positivas
·         Supervisión y apoyo paterno
·         Información
·         Políticas contra el uso de drogas, y
·         Cohesión comunitaria
     De tal manera que con esas habilidades tenderemos a fortalecer la capacidad de tomar decisiones personales, aprender a enfrentar los problemas, promover la auto aceptación y autoestima, fomentar la expresión de sentimientos y ayudar a que florezca la capacidad de amar.
     Todas esas habilidades son transmitidas por el ejemplo más que por otros medios, de manera que debemos revisar en nosotros mismos estas capacidades y fortalecer las que hagan falta, para luego poder llevárselas a nuestros hijos.

PORQUÉ LA DEPENDENCIA FÍSICA
Según la Dra. Medina Mora hay sustancias que por sí mismas son muy adictivas; por ejemplo la heroína, al usarse por primera vez provoca una modificación inmediata en la estructura del cerebro.
     Otras sustancias adictivas como el alcohol, el tabaco y la benzodiacepina (medicamento psicotrópico) que actúa sobre el sistema nervioso central, producen dependencia muy rápido en las personas propensas.
     Entre los humanos hay tres veces más adictos a la nicotina que a la cocaína y eso tiene que ver con que la nicotina es más fácil de adquirir y su consumo está autorizado por la ley dentro del comercio lícito y aceptado por la sociedad.
     Lo mismo sucede con el alcohol, otra droga de fácil acceso, también autorizado por la ley dentro del comercio lícito y ampliamente aceptado por la sociedad y entre el 10 y el 15% de las personas que beben desarrollan la dependencia, ocasionando un problema de salud pública serio. Y actualmente lo mismo puede suceder con la mariguana que está en vías de autorizarse por la ley e incluirla al comercio lícito, primero con fines terapéuticos y posteriormente con fines lúdicos.
     De modo que todo ese asunto de la mariguana con fines terapéuticos realmente confunde a los jóvenes, pero es bien sabido que no es una droga inocua por lo que se deben manejar correctamente por un especialista médico competente, para que cumpla su función medicinal, para que no sea peligrosa y prohibirse con fines de entretenimiento (lúdico[SDV2] ).

OTRAS ADICCIONES SIN SUSTANCIA
Destacan la compulsión de comer y el consecuente desarrollo de la obesidad, la adicción al sexo y la adicción a los juegos de azar (ludopatía), según investigadores del Scripps Research Institute de California en estudios con animales.
     Sugieren que los mismos mecanismos cerebrales que participan en la adicción a las drogas aparecen en las demás compulsiones descritas, pudiendo tener relación con los desequilibrios de dopamina o de otros neurotransmisores.
    Y de esa manera, aunque en principio estas conductas no sean adictivas, pueden llevar a la adicción.

PROBLEMAS MENTALES Y VULNERABILIDAD
El Dr. Rubén Baler, dice que “Sabemos que existe un gran porcentaje de comorbilidad (es decir, de la presencia de dos trastornos simultáneos: la adicción y una enfermedad mental”), como por ejemplo la bipolaridad o esquizofrenia. Y dice que aproximadamente el 60% de las personas con abuso de sustancias tienen también una enfermedad psiquiátrica.
     La Dra. Medina Mora ilustra el caso de un niño con problemas de ansiedad y pone como ejemplo las fobias (miedos) que surgen más o menos a los siete de edad y menciona que si un niño llega a la edad adulta sin encontrarse con drogas o con el alcohol, probablemente ya para entonces podrá manejar ese problema positivamente.
     Sin embargo, el riesgo de adicción en adolescentes como ya vimos es muy alto si prueba el alcohol y descubre que éste reduce la ansiedad y confundirá el efecto con la solución de sus problemas.
     El uso de drogas como la mariguana en edades tempranas aumenta el riesgo de depresión. Algo similar sucede con la esquizofrenia, cuyo riesgo aumente entre una a siete veces en quienes empezaron a fumar mariguana antes de los 25 de edad.

CONCLUSIONES
Todas las adicciones pueden tener graves consecuencias para la salud y las relaciones humanas y, por tanto, para el bienestar personal, familiar y social.
     Siendo adicto también se corre el riesgo de sufrir o infligir a otras personas algún daño intencional, o de incurrir en actos de violencia a delitos por influencia de las drogas o de la abstinencia.
     Por estas razones se deben buscar enfoques de tratamiento que permitan a las personas con adicción abandonar la sustancia y que al mismo tiempo el  tratamiento modifique el aspecto bioquímico conductual, las causas que provocan y agravan su adicción. De tal forma que, algunos pueden recibir tratamiento con fármacos; otros requerirán terapias de eficacia probada en las personas adictas y que también suelen combinarse con fármacos sin dejar de tomar en cuenta todas las disfunciones al mismo tiempo.
     El tratamiento debe definirse según la persona, el tipo de sustancia, el ambiente en que vive y sus recursos internos y externos. En definitiva se requiere una terapia multidisciplinaria y multifuncional que procure entrenar nuevamente el cerebro que aprendió algo totalmente anormal, pues la adicción, en última instancia, es una enfermedad de aprendizaje.
     Al igual que otras enfermedades sistémicas crónicas puede haber recaídas y eso indica que sólo tiene que repetirse el tratamiento, por lo tanto un tratamiento exitoso no debe medirse sólo por la abstinencia, sino por la disminución de las recaídas, así como de su gravedad y duración, y enfatiza que; “Esto realmente mejora la condición de salud y los períodos de abstinencia incrementan la esperanza de vida”.
     Sin embargo: el mejor enfoque siempre será la prevención. El Dr. Rubén Baler propone la prevención universal: “Evitar todo lo que sabemos que es perjudicial y tratar de promover y enaltecer lo que sabemos que es positivo”.
      La Dra. Medina Mora concluye que proteger a los adolescentes de las drogas es fundamental, pues toda la evidencia de salud pública nos habla de un riesgo mayor en la adolescencia.
     La mayor parte de los estudiantes no prueba las drogas y aquellos que lo hacen son en su mayoría experimentadores; así por ejemplo, en 1997 poco menos de 7 de cada 10 de los menores que habían usado sustancias como mariguana, cocaína, alucinógenos, inhalables, anfetaminas, opiáceos y otros estimulantes, sólo experimentaron con sus efectos entre una y cuatro veces, por factores asociados con la moda o con la presión de sus pares.
     Al igual que en la población general, en las encuestas nacionales  de adicciones SSA, 1998, los resultados indican que el alcohol y el tabaco son las principales sustancias adictivas consumidas
     Al documentar tanto la investigación que ha realizado la doctora Nora Volkow como la que ha financiado el Instituto Nacional de Psiquiatría se encontraron todos los elementos que definen la adicción como una enfermedad tratable y ahora las políticas públicas deben reunir esta evidencia científica, compartirla con la población y convertirla en una convicción social.
     Con base en la información generada desde hace varios años y a partir del trabajo realizado por diversos sectores públicos y privados, se han desarrollado una serie de acciones y respuestas con las que México atiende el problema. El Programa de Prevención y Control de Adicciones, como marco normativo para la acción, plasma la visión sobre el problema del Sector Salud.
     El documento aborda las principales actividades que se realizan en materia de reducción de la demanda de drogas ilegales y plantea, con base en las tendencias emergentes del problema y en las necesidades derivadas, las líneas de trabajo que se deben reforzar y las nuevas acciones que se deben emprender.

BIBLIOGRAFÍA

Texto sobre El cerebro adicto de Verónica Guerrero Mothelet, UnADM

Aspirante: Sergio Edmundo Del Valle Robles.


domingo, 17 de abril de 2016

EL CEREBRO ADICTO
Tomado del texto de Verónica Guerrero Mothelet

Hasta hace unas décadas la drogadicción se consideraba un problema moral y de falta de voluntad. Hoy se conoce como una enfermedad y se sabe cómo tratarla.

INTRODUCCIÓN
Casi todos conocemos algún caso de adicción: amigos, familiares o compañeros adictos al alcohol, al tabaco, a medicamentos legales o a drogas ilícitas. Las adicciones se pueden presentar de distintas maneras, pero sus signos conductuales son similares, porque todas esas adicciones provocan los mismos cambios químicos cerebrales. Por lo que se ha modificado la manera de considerar, prevenir y tratar las adicciones.
          Ahora las adicciones se reconocen como una enfermedad crónica que busca el uso compulsivo de una sustancia nociva a pesar de conocer las consecuencias al usarlas. De la misma manera que otras enfermedades crónicas como la diabetes, la adicción se puede tratar, y aunque no se alcance una solución definitiva, el tratamiento incrementa la calidad y duración de la vida. Sin embargo en el orden de importancia, sabemos que la prevención debe estar por encima de la curación y rehabilitación.

NUEVA PERSPECTIVA
En la década de los 30’s se consideraba que las adicciones eran un problema moral y no de salud., y en lugar de diseñar y promover acciones preventivas y terapéuticas, se optaba por el castigo y se etiquetaba negativamente a los adictos. Pero esa visión cambió y la Dra. María Elena Medina Mora Icaza, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz “, narra lo que propició este cambio de visión. A través de varios estudios cerebrales encontró la causa física de la dependencia de sustancias como la cocaína y los opioides. Y dice que eso los llevó a entender por qué los pacientes, aunque quisieran, no podían dejar las sustancias por voluntad propia, sino que realmente necesitaban ser tratados. Y así se llegó a la conclusión de considerar a las adiciones como una enfermedad del cerebro porque las drogas modifican la química, la estructura y el funcionamiento de ese órgano.


EFECTOS DE ALGUNAS SUSTANCIAS
Nicotina: Al fumarse eleva el riesgo de cáncer, enfisema, trastornos bronquiales y problemas cardiovasculares.
Alcohol: Su consumo puede dañar el cerebro y la mayoría de los órganos, y tiene repercusiones directas especialmente en las funciones ejecutivas, la memoria y el aprendizaje y la coordinación de movimientos entorpeciéndolos.
Marihuana: Puede dañar la memoria y el aprendizaje de corto plazo, la capacidad de concentración y la coordinación similar a los efectos del alcohol. El corazón trabaja más rápido y puede perjudicar los pulmones, así como el riesgo de desarrollar psicosis en personas débiles y vulnerables.
Inhalables: Son extremadamente tóxicos y pueden afectar el corazón, los riñones, los pulmones y el cerebro.
Cocaína: Estimulante que por la relativa brevedad de sus efectos se suele consumir varias veces en una sola sesión. Puede provocar graves consecuencias médicas relacionadas con el corazón y los sistemas respiratorio, nervioso y digestivo.

(Fuente: National Drug Abuse)

PORQUÉ LA ADICCIÓN ES UNA ENFERMEDAD CRÓNICA
Porque es una enfermedad que progresa por etapas, Dice el Dr. Rubén Baler, científico del NIDA, y explica que en la primera etapa las personas utilizan sustancias para alcanzar la euforia que brindan, sin embargo este consumo de drogas se convierte muy rápido en enfermedad en quienes la utilizan de forma recurrente. Y es así como el cerebro empieza a adaptarse a la sustancia trayendo los primeros signos de dependencia.

SIGNOS DE DEPENDENCIA A LAS DROGAS
Algunos signos que sugieren adicción son:
Ø  Consumir la droga de manera regular,
Ø  Imposibilidad de dejarla,
Ø  Gastar en droga más de lo que se tiene,
Ø  Extralimitarse para obtener droga (incluso robar) y
Ø  Sentir que se necesita la droga para funcionar cotidianamente.
          Cuando se abusa de las drogas principalmente afectan el ritmo cardíaco, la respiración y el descanso, afecta el procesamiento de la información sensorial que nos permite pensar, planear, resolver problemas y tomar decisiones. Por otro lado afecta también el sistema límbico que permite tomar las acciones necesarias para la supervivencia y la reproducción, el alimentarse y tener sexo.
          La mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor llamado dopamina, que juega un papel fundamental en las sensaciones de placer. Cuando falta la droga el cerebro ya no cuenta con dopamina suficiente y la persona deja de disfrutar las cosas naturalmente placenteras y el individuo tiene que consumir más droga para evitar la apatía y la depresión. De modo que los requerimientos de droga cada vez son mayores para que el individuo experimente el mismo efecto, es decir que se desarrolla tolerancia a la droga, y se provoca como consecuencia el síndrome de abstinencia abstinencia que se manifiesta con ansiedad, náuseas, insomnio, episodios de sudoración, temblores y psicosis que lo pueden llevar hasta la muerte.
          El consumo crónico de drogas deteriora el autocontrol y la capacidad de tomar decisiones adecuadas. Según el Dr.Baler estas adaptaciones del cerebro a las sustancias llevan al ansia incontrolable de utilizarlas aunque el individuo sepa que tiene consecuencias catastróficas, incluso presentarse la adicción tras mucho tiempo de abstinencia debido a que el abuso de las drogas altera la concentración óptima de un neurotransmisor llamado glutamato que interviene en la función cognitiva que guarda el deseo de consumir aunque haya pasado mucho tiempo.

INTERVENCIÓN DE LOS GENES Y EL ENTORNO
El que se manifieste el comportamiento adictivo puede ser influenciado tanto por la carga genética como por el entorno del individuo, De modo que, si un individuo tuviera genes que propician el comportamiento adictivo, si en su entorno nos e usan drogas o si su comunidad de amistades no las consume, será muy poco probable que el individuo desarrolle adicción simplemente porque hay una interacción positiva y fuerte entre la parte biológica y la parte ambiental.

PRINCIPALES FACTORES DE RIESGO
Ø  Conducta agresiva temprana,
Ø  Habilidades sociales deficientes,
Ø  Ausencia de supervisión paterna,
Ø  Compañeros/amigos que abusan de sustancias,
Ø  Disponibilidad de la droga, y


PRINCIPALES FACTORES DE PROTECCIÓN
Ø  Autocontrol,
Ø  Relaciones positivas,
Ø  Supervisión y apoyo paterno,
Ø  Información,
Ø  Políticas contra el uso de drogas, y
Ø  Cohesión comunitaria.
(Fuente: National Institute on Drug Abuse)

 DEPENDENCIA FISICA
Según la Dra. María Elena Medina Mora hay sustancias que por sí mismas son muy adictivas; por ejemplo, la heroína. Al usarse por primera vez provoca una modificación en la estructura del cerebro.
          Otras sustancias adictivas como el alcohol, el tabaco y la benzodiacepina (medicamento psicotrópico) que actúa sobre el sistema nervioso central, producen dependencia muy rápido en las personas propensas.
          Entre los humanos hay tres veces más adictos a la nicotina que a la cocaína y esto tiene que ver con que la nicotina es más fácil de adquirir y su consumo está autorizado por la ley dentro del comercio lícito y aceptado por la sociedad.
          Lo mismo sucede con el alcohol, otra droga de fácil acceso, también autorizado por la ley dentro del comercio lícito y ampliamente aceptado por la sociedad y entre el 10 y el 15% de las personas que beben desarrollan la dependencia, ocasionando un problema de salud pública. La primera vez que bebemos  el efecto es fuerte, luego crece la tolerancia y aunque mucha gente controla su uso, ese control se pierde con los adictos[SDV2] .
         
LA ADOLESCENCIA, FACTOR DE RIESGO
En esta etapa de desarrollo el cerebro es más vulnerable y los adolescentes no deben ni beber, ni fumar, ni usar otras drogas, porque es en esta etapa en que toda la parte del cerebro que es responsable del juicio, raciocinio y control de la conducta se desarrolla hasta los veintitantos, según la Dra. Medina Mora.
          También menciona que todo ese asunto de la mariguana medicinal realmente confunde a los jóvenes, pero es bien sabido que no es una droga inocua por lo que deben manejarse correctamente por el especialista médico competente, para que cumpla con su función terapéutica, para que no sea peligrosa.

OTRAS ADICCIONES SIN SUSTANCIA
Destacan la compulsión de comer y el consecuente desarrollo de la obesidad, la adicción al sexo y la adicción a los juegos de azar (ludopatía), según investigadores del Scripps Research Institute de California en estudios con animales.
          Sugieren que los mismos mecanismos cerebrales que participan en la adicción a las drogas aparecen en las demás compulsiones descritas, pudiendo tener relación con los desequilibrios de dopamina o de otros neurotransmisores.
          Y de esa manera, aunque en principio estas conductas no sean adictivas, pueden llevar a la adicción.

PROBLEMAS MENTALES Y VULNERABILIDAD
El Dr. Rubén Baler, dice que “Sabemos que existe un gran porcentaje de comorbilidad (es decir, de la presencia de dos trastornos simultáneos: la adicción y una enfermedad mental)” como por ejemplo la bipolaridad o esquizofrenia. Y dice que aproximadamente el 60% de las personas con abuso de  sustancias tienen también una enfermedad psiquiátrica.
          La Dra. Medina Mora ilustra el caso de un niño con problemas de ansiedad y pone como ejemplo las fobias que surgen más o menos a los siete de edad, menciona que si un niño llega a la edad adulta sin encontrarse con las drogas o con el alcohol, probablemente ya para entonces podrá resolver su problema.
          Sin embargo, el riesgo de adicción en adolescentes es muy alto  si prueba el alcohol y descubre que éste reduce la ansiedad, confundirá ese efecto con la solución de sus problemas.
          El uso de drogas como la mariguana en edades tempranas aumenta el riesgo de depresión. Algo similar sucede con la esquizofrenia, cuyo riesgo aumenta entre una y siete veces en quienes empezaron a fumar mariguana antes de los 25 de edad
CONCLUSIONES.
Todas las adicciones pueden tener graves consecuencias para la salud y las relaciones humanas y, por tanto, para el bienestar personal, familiar y social.
          Siendo adicto también se corre el riesgo de sufrir o infligir a otras personas algún  daño no intencional, o de incurrir en actos de violencia o delitos por influencia de las drogas o de la abstinencia.
          Por estas razones se deben buscar enfoques de tratamiento que permitan a las personas con adicción abandonar la sustancia y que al mismo tiempo el tratamiento modifique el aspecto bioquímico y conductual, las causas que provocan y agravan su adicción. De tal forma que, algunos pueden recibir tratamiento con fármacos; otros requerirán terapias de eficacia probada en las personas adictas y que también suelen combinarse con fármacos sin dejar de tomar en cuenta todas las disfunciones al mismo tiempo.
          El tratamiento debe definirse según la persona, el tipo de sustancia, el ambiente en que vive y sus recursos internos y externos. En definitiva se requiere una terapia multidisciplinaria y multifuncional que procure entrenar nuevamente el cerebro que aprendió algo totalmente anormal, pues la adicción, en última instancia, es una enfermedad de aprendizaje.
          Al igual que otras enfermedades sistémicas crónicas puede haber recaídas y eso indica que sólo tiene que repetirse el tratamiento, por lo tanto un tratamiento exitoso no debe medirse sólo por la abstinencia, sino por la disminución de las recaídas, así como de su gravedad y duración, y enfatiza que; “Esto realmente mejora la condición de salud y los períodos de abstinencia incrementan la esperanza de vida”.
          Sin embargo: el mejor enfoque siempre será la prevención. El Dr. Rubén Baler propone la prevención universal: “Evitar todo lo que sabemos que es perjudicial y tratar de promover y enaltecer lo que sabemos que es positivo”.
          La Dra. Medina Mora concluye que proteger a los adolescentes de las drogas es fundamental, pues toda la evidencia de salud pública nos habla de un riesgo mayor en la adolescencia.
          Al documentar tanto la investigación que ha realizado la doctora Nora Volkow como la que ha financiado el Instituto Nacional de Psiquiatría se encontraron todos los elementos que definen la adicción como una enfermedad tratable y ahora las políticas públicas deben reunir esta evidencia científica, compartirla con la población y convertirla en una convicción social.

Verónica Guerrero, es periodista y divulgadora de la ciencia, colabora en Cómo ves? Y otras áreas de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, y como corresponsal ocasional para la revista Nature Biotechnology.


 [SDV1]En este punto difiero, porque las adicciones no respetan estatus ni condición socio-económica.
 [SDV2]Las sustancias contenidas por los psicotrópicos y los estupefacientes son aquellas que actúan sobre el sistema nervioso central, ya sea excitándolo o deprimiéndolo. Generalmente, el uso de un psicotrópico trae como consecuencias cambios temporales en la percepción, ánimo, estado de conciencia y comportamiento. Pueden ser de tipo estimulantes, antipsicóticos, tranquilizantes, entre otros. En cambio los estupefacientes o narcóticos, están relacionados por lo general con el tratamiento y control del dolor. Tanto los psicotrópicos como los estupefacientes, denominados internacionalmente como “sustancias controladas”” necesitan prescribirse con receta médica autorizada por la Secretaría de Salud.