domingo, 17 de abril de 2016

EL CEREBRO ADICTO
Tomado del texto de Verónica Guerrero Mothelet

Hasta hace unas décadas la drogadicción se consideraba un problema moral y de falta de voluntad. Hoy se conoce como una enfermedad y se sabe cómo tratarla.

INTRODUCCIÓN
Casi todos conocemos algún caso de adicción: amigos, familiares o compañeros adictos al alcohol, al tabaco, a medicamentos legales o a drogas ilícitas. Las adicciones se pueden presentar de distintas maneras, pero sus signos conductuales son similares, porque todas esas adicciones provocan los mismos cambios químicos cerebrales. Por lo que se ha modificado la manera de considerar, prevenir y tratar las adicciones.
          Ahora las adicciones se reconocen como una enfermedad crónica que busca el uso compulsivo de una sustancia nociva a pesar de conocer las consecuencias al usarlas. De la misma manera que otras enfermedades crónicas como la diabetes, la adicción se puede tratar, y aunque no se alcance una solución definitiva, el tratamiento incrementa la calidad y duración de la vida. Sin embargo en el orden de importancia, sabemos que la prevención debe estar por encima de la curación y rehabilitación.

NUEVA PERSPECTIVA
En la década de los 30’s se consideraba que las adicciones eran un problema moral y no de salud., y en lugar de diseñar y promover acciones preventivas y terapéuticas, se optaba por el castigo y se etiquetaba negativamente a los adictos. Pero esa visión cambió y la Dra. María Elena Medina Mora Icaza, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz “, narra lo que propició este cambio de visión. A través de varios estudios cerebrales encontró la causa física de la dependencia de sustancias como la cocaína y los opioides. Y dice que eso los llevó a entender por qué los pacientes, aunque quisieran, no podían dejar las sustancias por voluntad propia, sino que realmente necesitaban ser tratados. Y así se llegó a la conclusión de considerar a las adiciones como una enfermedad del cerebro porque las drogas modifican la química, la estructura y el funcionamiento de ese órgano.


EFECTOS DE ALGUNAS SUSTANCIAS
Nicotina: Al fumarse eleva el riesgo de cáncer, enfisema, trastornos bronquiales y problemas cardiovasculares.
Alcohol: Su consumo puede dañar el cerebro y la mayoría de los órganos, y tiene repercusiones directas especialmente en las funciones ejecutivas, la memoria y el aprendizaje y la coordinación de movimientos entorpeciéndolos.
Marihuana: Puede dañar la memoria y el aprendizaje de corto plazo, la capacidad de concentración y la coordinación similar a los efectos del alcohol. El corazón trabaja más rápido y puede perjudicar los pulmones, así como el riesgo de desarrollar psicosis en personas débiles y vulnerables.
Inhalables: Son extremadamente tóxicos y pueden afectar el corazón, los riñones, los pulmones y el cerebro.
Cocaína: Estimulante que por la relativa brevedad de sus efectos se suele consumir varias veces en una sola sesión. Puede provocar graves consecuencias médicas relacionadas con el corazón y los sistemas respiratorio, nervioso y digestivo.

(Fuente: National Drug Abuse)

PORQUÉ LA ADICCIÓN ES UNA ENFERMEDAD CRÓNICA
Porque es una enfermedad que progresa por etapas, Dice el Dr. Rubén Baler, científico del NIDA, y explica que en la primera etapa las personas utilizan sustancias para alcanzar la euforia que brindan, sin embargo este consumo de drogas se convierte muy rápido en enfermedad en quienes la utilizan de forma recurrente. Y es así como el cerebro empieza a adaptarse a la sustancia trayendo los primeros signos de dependencia.

SIGNOS DE DEPENDENCIA A LAS DROGAS
Algunos signos que sugieren adicción son:
Ø  Consumir la droga de manera regular,
Ø  Imposibilidad de dejarla,
Ø  Gastar en droga más de lo que se tiene,
Ø  Extralimitarse para obtener droga (incluso robar) y
Ø  Sentir que se necesita la droga para funcionar cotidianamente.
          Cuando se abusa de las drogas principalmente afectan el ritmo cardíaco, la respiración y el descanso, afecta el procesamiento de la información sensorial que nos permite pensar, planear, resolver problemas y tomar decisiones. Por otro lado afecta también el sistema límbico que permite tomar las acciones necesarias para la supervivencia y la reproducción, el alimentarse y tener sexo.
          La mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor llamado dopamina, que juega un papel fundamental en las sensaciones de placer. Cuando falta la droga el cerebro ya no cuenta con dopamina suficiente y la persona deja de disfrutar las cosas naturalmente placenteras y el individuo tiene que consumir más droga para evitar la apatía y la depresión. De modo que los requerimientos de droga cada vez son mayores para que el individuo experimente el mismo efecto, es decir que se desarrolla tolerancia a la droga, y se provoca como consecuencia el síndrome de abstinencia abstinencia que se manifiesta con ansiedad, náuseas, insomnio, episodios de sudoración, temblores y psicosis que lo pueden llevar hasta la muerte.
          El consumo crónico de drogas deteriora el autocontrol y la capacidad de tomar decisiones adecuadas. Según el Dr.Baler estas adaptaciones del cerebro a las sustancias llevan al ansia incontrolable de utilizarlas aunque el individuo sepa que tiene consecuencias catastróficas, incluso presentarse la adicción tras mucho tiempo de abstinencia debido a que el abuso de las drogas altera la concentración óptima de un neurotransmisor llamado glutamato que interviene en la función cognitiva que guarda el deseo de consumir aunque haya pasado mucho tiempo.

INTERVENCIÓN DE LOS GENES Y EL ENTORNO
El que se manifieste el comportamiento adictivo puede ser influenciado tanto por la carga genética como por el entorno del individuo, De modo que, si un individuo tuviera genes que propician el comportamiento adictivo, si en su entorno nos e usan drogas o si su comunidad de amistades no las consume, será muy poco probable que el individuo desarrolle adicción simplemente porque hay una interacción positiva y fuerte entre la parte biológica y la parte ambiental.

PRINCIPALES FACTORES DE RIESGO
Ø  Conducta agresiva temprana,
Ø  Habilidades sociales deficientes,
Ø  Ausencia de supervisión paterna,
Ø  Compañeros/amigos que abusan de sustancias,
Ø  Disponibilidad de la droga, y


PRINCIPALES FACTORES DE PROTECCIÓN
Ø  Autocontrol,
Ø  Relaciones positivas,
Ø  Supervisión y apoyo paterno,
Ø  Información,
Ø  Políticas contra el uso de drogas, y
Ø  Cohesión comunitaria.
(Fuente: National Institute on Drug Abuse)

 DEPENDENCIA FISICA
Según la Dra. María Elena Medina Mora hay sustancias que por sí mismas son muy adictivas; por ejemplo, la heroína. Al usarse por primera vez provoca una modificación en la estructura del cerebro.
          Otras sustancias adictivas como el alcohol, el tabaco y la benzodiacepina (medicamento psicotrópico) que actúa sobre el sistema nervioso central, producen dependencia muy rápido en las personas propensas.
          Entre los humanos hay tres veces más adictos a la nicotina que a la cocaína y esto tiene que ver con que la nicotina es más fácil de adquirir y su consumo está autorizado por la ley dentro del comercio lícito y aceptado por la sociedad.
          Lo mismo sucede con el alcohol, otra droga de fácil acceso, también autorizado por la ley dentro del comercio lícito y ampliamente aceptado por la sociedad y entre el 10 y el 15% de las personas que beben desarrollan la dependencia, ocasionando un problema de salud pública. La primera vez que bebemos  el efecto es fuerte, luego crece la tolerancia y aunque mucha gente controla su uso, ese control se pierde con los adictos[SDV2] .
         
LA ADOLESCENCIA, FACTOR DE RIESGO
En esta etapa de desarrollo el cerebro es más vulnerable y los adolescentes no deben ni beber, ni fumar, ni usar otras drogas, porque es en esta etapa en que toda la parte del cerebro que es responsable del juicio, raciocinio y control de la conducta se desarrolla hasta los veintitantos, según la Dra. Medina Mora.
          También menciona que todo ese asunto de la mariguana medicinal realmente confunde a los jóvenes, pero es bien sabido que no es una droga inocua por lo que deben manejarse correctamente por el especialista médico competente, para que cumpla con su función terapéutica, para que no sea peligrosa.

OTRAS ADICCIONES SIN SUSTANCIA
Destacan la compulsión de comer y el consecuente desarrollo de la obesidad, la adicción al sexo y la adicción a los juegos de azar (ludopatía), según investigadores del Scripps Research Institute de California en estudios con animales.
          Sugieren que los mismos mecanismos cerebrales que participan en la adicción a las drogas aparecen en las demás compulsiones descritas, pudiendo tener relación con los desequilibrios de dopamina o de otros neurotransmisores.
          Y de esa manera, aunque en principio estas conductas no sean adictivas, pueden llevar a la adicción.

PROBLEMAS MENTALES Y VULNERABILIDAD
El Dr. Rubén Baler, dice que “Sabemos que existe un gran porcentaje de comorbilidad (es decir, de la presencia de dos trastornos simultáneos: la adicción y una enfermedad mental)” como por ejemplo la bipolaridad o esquizofrenia. Y dice que aproximadamente el 60% de las personas con abuso de  sustancias tienen también una enfermedad psiquiátrica.
          La Dra. Medina Mora ilustra el caso de un niño con problemas de ansiedad y pone como ejemplo las fobias que surgen más o menos a los siete de edad, menciona que si un niño llega a la edad adulta sin encontrarse con las drogas o con el alcohol, probablemente ya para entonces podrá resolver su problema.
          Sin embargo, el riesgo de adicción en adolescentes es muy alto  si prueba el alcohol y descubre que éste reduce la ansiedad, confundirá ese efecto con la solución de sus problemas.
          El uso de drogas como la mariguana en edades tempranas aumenta el riesgo de depresión. Algo similar sucede con la esquizofrenia, cuyo riesgo aumenta entre una y siete veces en quienes empezaron a fumar mariguana antes de los 25 de edad
CONCLUSIONES.
Todas las adicciones pueden tener graves consecuencias para la salud y las relaciones humanas y, por tanto, para el bienestar personal, familiar y social.
          Siendo adicto también se corre el riesgo de sufrir o infligir a otras personas algún  daño no intencional, o de incurrir en actos de violencia o delitos por influencia de las drogas o de la abstinencia.
          Por estas razones se deben buscar enfoques de tratamiento que permitan a las personas con adicción abandonar la sustancia y que al mismo tiempo el tratamiento modifique el aspecto bioquímico y conductual, las causas que provocan y agravan su adicción. De tal forma que, algunos pueden recibir tratamiento con fármacos; otros requerirán terapias de eficacia probada en las personas adictas y que también suelen combinarse con fármacos sin dejar de tomar en cuenta todas las disfunciones al mismo tiempo.
          El tratamiento debe definirse según la persona, el tipo de sustancia, el ambiente en que vive y sus recursos internos y externos. En definitiva se requiere una terapia multidisciplinaria y multifuncional que procure entrenar nuevamente el cerebro que aprendió algo totalmente anormal, pues la adicción, en última instancia, es una enfermedad de aprendizaje.
          Al igual que otras enfermedades sistémicas crónicas puede haber recaídas y eso indica que sólo tiene que repetirse el tratamiento, por lo tanto un tratamiento exitoso no debe medirse sólo por la abstinencia, sino por la disminución de las recaídas, así como de su gravedad y duración, y enfatiza que; “Esto realmente mejora la condición de salud y los períodos de abstinencia incrementan la esperanza de vida”.
          Sin embargo: el mejor enfoque siempre será la prevención. El Dr. Rubén Baler propone la prevención universal: “Evitar todo lo que sabemos que es perjudicial y tratar de promover y enaltecer lo que sabemos que es positivo”.
          La Dra. Medina Mora concluye que proteger a los adolescentes de las drogas es fundamental, pues toda la evidencia de salud pública nos habla de un riesgo mayor en la adolescencia.
          Al documentar tanto la investigación que ha realizado la doctora Nora Volkow como la que ha financiado el Instituto Nacional de Psiquiatría se encontraron todos los elementos que definen la adicción como una enfermedad tratable y ahora las políticas públicas deben reunir esta evidencia científica, compartirla con la población y convertirla en una convicción social.

Verónica Guerrero, es periodista y divulgadora de la ciencia, colabora en Cómo ves? Y otras áreas de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, y como corresponsal ocasional para la revista Nature Biotechnology.


 [SDV1]En este punto difiero, porque las adicciones no respetan estatus ni condición socio-económica.
 [SDV2]Las sustancias contenidas por los psicotrópicos y los estupefacientes son aquellas que actúan sobre el sistema nervioso central, ya sea excitándolo o deprimiéndolo. Generalmente, el uso de un psicotrópico trae como consecuencias cambios temporales en la percepción, ánimo, estado de conciencia y comportamiento. Pueden ser de tipo estimulantes, antipsicóticos, tranquilizantes, entre otros. En cambio los estupefacientes o narcóticos, están relacionados por lo general con el tratamiento y control del dolor. Tanto los psicotrópicos como los estupefacientes, denominados internacionalmente como “sustancias controladas”” necesitan prescribirse con receta médica autorizada por la Secretaría de Salud.

3 comentarios:

  1. Buenas tardes, Sergio. Tu escrito ha sido muy claro además de que lo hiciste de una manera muy profesional y a la vez muy sencilla que lo entendí muy bien. Saludos

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  2. http://www.adicciones.org/enfermedad/drogas/
    https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/serie-de-reportes/las-drogas-el-cerebro-y-el-comportamiento-la-ciencia-de-la-adiccion/prefacio
    http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/CDM.htm

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